Íbamos caminando, tu no te podías sostener, ¿que debía hacer?, estabas inconsciente, solo me días tu nombre, solo comentabas sobre tu ebriedad... me decías que no podías, yo te decía que si, que podías, que podríamos... pero que tenias que caminar, ¿sabes? creo que en parte corría de mis problemas también... la botella una vez mas me contaba todas mis penas, ella me hacia llorar como siempre, ella no es buena.. no siempre.. no conmigo.
Te pedí que aguantaras, pero no podías, y yo quería ir rápido, quería huir de mis poblémas correr de mis miedos, y mientras que mi cuerpo siguiera caminando todo parecía coherente, ¡Que hago! ¡que haré? eso pasaba por mi mente, mi mente en blanco como una hoja de papel, como un sueño surrealista de pesadillas.
Mire a la botella, y casi podía jurar que ella me retaba a ganar, a ganarle y ser mas fuerte que ella, aguantar mas de lo inaguantable, no podía vencerla, mi mejor amiga, mi peor enemiga, mi confidente, todo en unas cuantas gotas de alcohol, casi podía escuchar como me decía todo lo que me dolía, ella solo buscaba destruirme, pero a su vez ese asqueroso veneno mataba todos mis males, se los llevaba, no los dejaba nadar, ella los ahogaba.
Sonreíste, sabias que habías llegado a tu objetivo, ¿tu objetivo? ahogar los problemas con ese dulce y divertido veneno, ¿el mio? no extrañarla, ¿el de ella? olvidar, ¿el nuestro? huir.
¡TU PUEDES! ¡CAMINA! ¡RESPIRA! ¡TU PUEDES! ¿sinceramente? debí agregarle un signo de interrogación a mis afirmaciones, no, no podias, no no debías...
Entonces me abstraje en esa canción, olvide que estábamos en un puente, olvide que necesitabas ayuda, olvide que existías, ¿por qué? porque esa canción me gritaba que la escuchara, yo no puedo con los gritos... lo sabes.
¡ALESSANDRA, MIRA A ELI! ¡ALESSANDRA, MIRA A ELI! eso era lo unció "coherente" que salia de mis labios... estabas en el suelo.... Tome tu cara con suavidad y la moví... sangraba estabas sangrando, tu cara estaba sangrando, ¡ESTA MUERTA! ¿ESTA MUERTA? era lo que pasaba por mi cabeza mientras mi mente se frenaba.
¿Eli? ¿estas bien? ¡¿ELI?!
Respondiste a pesar de estar aturdida y sangrando. Me miraste, parecía que me pedías ayuda, ¿yo? luchaba contra mis demonios, platicaba con mis ángeles y si, lloraba, ¡vaya que lloraba! ¿que podía hacer? estabas tendida en el suelo y mis lagrimas creaban riachuelos de culpabilidad y temor.
Entonces corrí, corrí como nunca buscando ayuda, marque mil números, contestaron, ¿hola? ¿donde estas? ¿Andrea, estas bien? ¡¿ANDREA!? voy por ti... ¿donde estas?, eso decían todos los que recibían mi llamada de auxilio, mi llanto no tenia consuelo, no uno cercano, no uno factible, no había un consuelo real a mis suplicas, por su parte, mis miedos estaban arriba de mis hombros, y se reían de mi aparente debilidad.
¿SIRENAS? ¿AMBULANCIA? todo bien... Las luces me aturdieron, el paramedico buscaba respuestas, ¿yo? solo tenia preguntas, preguntas sin respuesta, o tal vez no con una respuesta inmediata o factible.
Se la llevaron, se la llevaron como si fuera un bulto sin vida, uno que al parecer formaba parte de una rutina de sangre. Camine rápido, camine casi trotando, TROTE, mis lágrimas no paraban, mi corazón ya no sabia si quería seguir latiendo o parecía no querer explicarme el porque de sus latidos lentos y desesperanzados, mi mente estaba bloqueada y aturdida, ¿gritos? había muchos, ¿miedos? todos presentes, ¿yo? ausente.
Mi pie, mi pie estaba inerte, estaba esperando al igual que todos un poco de ayuda, brotaban cascadas rojas de sangre y mi mente no podía pensar en alguna forma de ayudar a ese miembro perteneciente a un ser tan inestable y actualmente ausente, mi mente, mi mente gritaba cosas en un idioma sordomudo e inaudible, mi cuerpo, mi cuerpo caminaba siguiendo una ruta dibujada en papel papiro, y yo, yo solo respiraba y mantenía a ese cuerpo, mi cuerpo con algo de vida, algo que solo la adrenalina podría lograr con éxito. Estaba en mi casa, mi mamá hacia muchas preguntas, mi mente una vez mas solo tenia mas interrogantes, mi cabeza estaba punzando y mi pie sangrando exageradamente, y yo, yo solo quería espacio para respirar, o al menos de tratar de mantener ese inhale y exhale de mis pulmones, que en ese momento carecían de aire, y al parecer de ganas de respirar, de vivir.
Ojala todo fuera un sueño, una pesadilla, ojala pudiera volver sobre mis pasos, ojala pudiera cambiar lo ocurrido, ojala pudiera hacer todo lo que pienso que puedo, porque si fuera así, jamas habríamos contado hasta el tres, hasta que tu mente ausente respondiera sus interrogantes.
Uno, dos, tres, ¿recuerdas como contar? yo recuerdo tu rostro... estabas sangrando, y se que estas bien, justo ahora estas bien, pero, ¿recuerdo como contar?